jueves, 10 de agosto de 2017

POR QUE CHINA ELIGIÓ A YIBUTI PARA ABRIR SU PRIMERA BASE MILITAR EN AFRICA ?


En julio de 2017, China anunció sus planes de construir en Yibuti su primera base militar fuera de sus fronteras nacionales. Según el Ministerio de Asuntos Exteriores de China, hay al menos tres razones por las que Pekín ha decidido levantar una base de apoyo logístico en Yibuti.  En primer lugar, con su establecimiento, China busca apoyar las acciones de su flota en la escolta de naves que quieren atravesar el golfo de Adén y las costas de Somalia.  Estas acciones fueron autorizadas por el Consejo de Seguridad de la ONU dado que desde 1991 Somalia está inmersa en una guerra mientras que el Gobierno transitorio no es capaz de acabar con la piratería en sus aguas territoriales.


En segundo y tercer lugar, Pekín quiere asegurarse el suministro de ayuda humanitaria y aumentar su contribución a la paz y a la seguridad en África y fuera de sus fronteras. A pesar de que el portavoz del Ministerio chino de Asuntos Exteriores, Geng Shuang, aseguró que Pekín sigue siendo partidario del desarrollo pacífico y no se desvía de lo que dicta su doctrina militar de Defensa, entre los países occidentales la decisión de levantar una base en África ha provocado preocupación, según el columnista del Consejo Ruso de las Relaciones Internacionales Alexéi Boguslavski.


Los países occidentales creen que el establecimiento de la base china en Yibuti es una muestra de que Pekín ha pasado de una política de concentración de tropas a la creación de estructuras —similares a las que creó EEUU— en lugares de interés geopolítico y económico para China. 
Desde este punto de vista, Pekín va a buscar acercarse y, en algunos casos, contener no solo a EEUU, sino también a la India, prosigue el analista. Para lograrlo, China creará una red de bases navales en el continente africano y establecerá estrechos lazos con Pakistán, Bangladés, Birmania y Sri Lanka. 

¿Qué persigue realmente China con la creación de la base en Yibuti?

El columnista Alexéi Boguslavski considera que la elección de Yibuti no ha sido casual y ha estado motivada por los siguientes factores. El primer factor. Yibuti se sitúa cerca del estrecho de Bab el Mandeb, por el que pasa la principal ruta de transporte marítimo que une Europa con Asia y África. La seguridad para la navegación en esta región figura entre los intereses de todos los países del mundo y más aún de los que dependen del comercio exterior.  El principal problema radica en que esta región es una de las más inseguras e inestables del mundo, que por un lado tiene a Somalia con sus picos de actividad terrorista y de piratería y, por el otro, la cercanía de Yemen, que vive un conflicto armado. Tras construir su base en Yibuti, China, que mantiene importantes lazos comerciales con Europa y África, tendrá garantías adicionales de que nada amenazará a sus líneas de transporte. 


El segundo factor. La región del noreste de África es muy importante para China porque es rica en petróleo. Pekín adquiere grandes cantidades de crudo y realiza sus propias exploraciones en Sudán y Sudán del Sur. Según los datos de Jartum, el 75% de todas las inversiones que se hacen en la industria son chinas. El transporte de crudo al país asiático se realiza precisamente a través del estrecho de Bab el Mandeb y el mar Rojo. Además, Yibuti representa para China la así llamada puerta marítima a Etiopía, país con el que las autoridades chinas realizan intercambios comerciales por valor de 1.500 millones de dólares, y que está entre los cinco principales destinos de las inversiones en el continente africano. El tercer factor. Desde el punto de vista estratégico-militar, la importancia de Yibuti fue percibida por China desde hace mucho tiempo. A comienzos del siglo XXI, Francia entregó a EEUU su base militar establecida en Yibuti durante la época colonial.  Allí, en Camp Lemmonier, el Pentágono tiene desplegados al menos 4.000 militares estadounidenses con cazas F-16 y aviones de patrulla costera P-3C. Su radio de acción se extiende a todo el continente africano y llega hasta la península arábiga. 

"Es evidente que Pekín no es indiferente respecto a lo que sus principales competidores mundiales están haciendo en la parte del mundo en que trata de incrementar su presencia. Aunque las autoridades chinas no persiguen el objetivo de recopilar información y observar la actividad de la OTAN.









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